Nuestra
casa está de enhorabuena, la tan resistida auditoría, parece ser,
se realizará. No obstante, mantengamos cierto porcentaje de recelo,
con la clase política nunca se sabe. Mañana, aparece no sé que
decreto o la revisión de la ley tal y donde había una auditoría
aparece un inaudito. De todas formas, mantengamos la esperanza, ya
que los moroneros vamos a pagar toda la guita del mundo por la
lamentable gestión, al menos, que sepamos donde se tiró la pasta.
De lo contrario, otra vez el Mosqui dando la vara. Estos del AMA
están dando más de un dolor de cabeza.
Pero,
no tema el sufrido lector, en este tema, no pienso recrearme en el
escarnio de unos individuos que nos han llevado a la ruina o de otros
que prometieron transparencia, costando prácticamente un año para
entrar por el aro de auditar las cuentas. Bastante tienen con la que
les cae en tabernas, comercios y tertulias varias. Lo que temo, es lo
que ocurrirá cuando sepamos los resultados. Los políticos
tradicionales son especialistas en interpretación de datos -según
convenga, of course-. Lo importante, es no asumir las
responsabilidades que se les presupone, lo demás a tomar viento
fresco.
Por
otro lado, asistimos a la madre de todas las batallas, el armagedón
de la lucha política, el apocalipsis de la dialéctica concejalera,
el solipsismo de las fuerzas políticas aruncitanas, lo más de lo
más; el cierre o no del centro de salud del Rancho. Ahí es nada. Me
encanta, lo paso chachipiruli. Escuchar a unos y a otros en el
intercambio de declaraciones es tan apasionante como el salvame de
luxe. Deberían proclamar manifestaciones lapidarias que pongan los
vellos como escarpias –moronenses, el centro de salud del Rancho,
ha muerto-, también estaría muy bien otra -cautivo y desarmado el
centro de salud del Rancho bla, bla, bla-. En el otro bando dirían
-más vale morir sin pediatra que vivir sin centro de salud del
Rancho-. En definitiva, el Pepé y el Pesoé, como suele ocurrir, se
enfrascan en el intercambio de golpes, pasará el tiempo y una vez
más pelillos a la mar. Los dos interpretarán que tienen razón, con
sus verdades a medias y mentiras enteras. Mientras, al ciudadano se
le queda de nuevo cara de gilipollas. Una maravilla.
Lo
que deberían aclarar es a que están jugando. Cuando unos se
refieren al cierre, hablan de cierre total o parcial. Y cuando otros
hablan que no se cierra, se refieren al cierre total o parcial. Me da
cierto pálpito; una vez más intentan manejarnos con el tema
sanitario. Hablen claro, digan las cosas sin medias tintas, informen
con claridad, no se guarden información. Además, ahora que los
obispos están por incluir la homosexualidad entre las enfermedades,
sería conveniente que “estos pobres enfermos”supieran donde
acudir para sanar tan grave dolencia. Hay que saber utilizar
correctamente los recursos. Así, evitamos que alguno llegue al
médico de cabecera pidiendo pastillas contra la homosexualidad,
cuando es conocido por todo el mundo, que el mariquita se cura con
electroshock o mejor aún, con la trepanación y posterior ablación
del diencéfalo. No puedo evitar pensar en el descojone generalizado
de sus rellenos obispos cuando redactan estos temas. Se lo pasarán
en grande. Por cierto, desde mi humilde opinión, sería de agradecer
que aclaren donde debaten estos temas. Cada vez somos más, las
descarriadas ovejas que sospechamos que acuden a Holanda, donde
existen unos lugares para el consumo de pastelillos o cigarrillos que
facilitan la visión de dragones y bichos varios. Los caminos del
señor son inescrutables.
Sit tibi terra levis.
Pues si la homosexualidad es una enfermedad debe ser vírica,porque cada vez hay más personas que dicen serlo,y a lo mejor es de transmision sexual.Si el SIDA no ha conseguido que la iglesia apueste por el uso de preservativos para evitarlo,tal vez lo consiga la homosexualidad,que aunque no causa tantas muertes,les molesta mucho al parecer.Deberian dejar de preocuparse por esas cosas y hacerlo por otras mucho más importantes.Como diría Mafalda,que paren el mundo,que me quiero bajar.
ResponderEliminarEstimada casi anónima, tienes mucha razón, deberían preocuparse de otras muchas cosas, pero con la iglesia hemos topado.
ResponderEliminarSaludos