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28 de abril de 2014

KILÓMETRO 0

Observo la tragedia ocurrida días atrás en ese maldito asfalto, que tan acostumbrados nos tiene a proveernos de dolor, tragedia y duelo, desde uno de los rincones del club de las miradas perdidas. Es evidente la dureza de la vida, es conocido lo inoportuno de sus sinsabores, aún así, es complicado asumir la muerte, sobre todo la muerte inesperada, la repentina, la inexplicable. 

Esta desgracia ha hecho que los ciudadanos de este pueblo crean que la situación no puede seguir así. Hasta aquí hemos llegado. Es necesario, de una vez por todas, una solución a la paupérrima situación de las carreteras que nos rodean, especialmente esa carretera de la muerte en la que se ha convertido la carretera del Arahal. A pesar de lo evidente, alguien en nuestra querida y amada Junta de Andalucía no lo ve así, al menos eso es lo que se desprende tras leer el comunicado emitido por dicha administración. Evidentemente, el individuo o individua que lo ha escrito no debe haber pasado por allí hace tiempo, o en un alarde de masoquismo supremo, muestra un interés especial en que le mienten a la madre.

Para conseguir el remedio a tan denostada carretera se ha creado una plataforma. Loable idea, pero miedo me da. Miedo por como las suelen gastar nuestra admirada casta política tradicional. Ahora les estará goteando el colmillo. No creerá el sufrido lector que nuestros honrados representantes van a hacer de tripas corazón para unir fuerzas y conseguir que circular por esa carretera no sea una macabra aventura. Por supuesto que se aprobarán docenas, qué digo docenas, centenares de mociones en los plenos -generalmente mociones que no sirven para nada o simplemente no se cumplen-, pero nada más. Al principio todo son buenas intenciones, todos se vuelcan en darte su apoyo, entienden la petición y se ofrecen para lo que sea necesario. De forma simultánea, suelen buscar la información pertinente sobre los integrantes de la plataforma de turno que les indique ideología, equipo de fútbol… y veces que se bajan la bragueta. Todo sin mala intención, faltaría más, pero… por si las moscas. El siguiente paso suele ser intentar introducir a elementos afines. Este paso suele evitar a la casta futuras migrañas y de paso, descerrajar el tiro de gracia a la plataforma en caso necesario -quizá algún avispado lector recuerde una plataforma por la sanidad que existió en nuestro pueblo-. 

El kilómetro cero de la solución a este problema comienza con la movilización ciudadana. Por lo tanto, es necesario que los miembros de la nueva plataforma tengan una visión amplia del caso, sepan aguantar presiones -que vendrán, sé de lo que hablo- y sobre todo, se sientan respaldados por el pueblo. Si todos aportamos nuestro esfuerzo a esta causa, el final será satisfactorio, si seguimos con nuestra habitual pasividad, entonces no tendremos fundamento alguno para culpar a nada ni a nadie.

Finalmente, espero, aunque no tengo muchas esperanzas, que los políticos tradicionales estén a la altura y se olviden de los intereses de sus partidos. Quizá ha llegado el momento de recordarles que el mundo no se divide en personas de derechas o de izquierdas, en guapos o feos, en blancos o negros, el mundo simplemente se divide en los que han perdido un hijo y los que no. 
 

Sit tibi terra levis.

2 comentarios:

  1. Has dado en el clavo Marcos... acertadisimo y agudo. Saludos

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  2. Muchas gracias. Espero estar equivocado.
    Gracias por su participación.

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