Cuando acepté la propuesta para escribir en este diario era sabedor de alguna incomodidad que se me pudiera presentar. Expresar ciertas opiniones de forma pública, con mi nombre y sin seudónimos, suele provocar la simpatías de unos y el odio de otros. Esta situación, sinceramente, no me preocupa. Nunca he sido ejemplo para nadie en el pasado y mucho menos trato de serlo en el futuro. Una vez que una persona se hace pública, se expone al fácil etiquetado por parte de sus semejantes. Este aspecto tampoco despierta en mi persona preocupación alguna. Desde que escribo esta columna hago lo mismo que hacía antes. No me oculto si tengo que reir, llorar, bailar, hablar o besar. Nada quiero, pero sobre todo, nada debo.
Con estos mimbres, me gusta pasear por mi pueblo. Este pueblo tantas veces maltratado por sus dirigentes y por nosotros, los ciudadanos. Mi pueblo y sus gentes. Disfruto cualquier mañana del café de Retamares aderezado con la habitual tertulia montada a su alrededor. Posteriormente una caminata hacia el Pozo Nuevo, en el trayecto surge un saludo, un diálogo por aquí, otro por allá. Continuo andando, llega uno de los momentos importantes, ojeo la perfumería a la ida y a la vuelta -faltaría más-. En el regreso, otras paradas, lo mejor es que suelen ser cada vez con personas distintas. Al final saco en claro que me importan las personas y no sus ideologías.
Lógicamente -y también afortunadamente-, no todos pensamos igual. Este hecho hace que, no en pocas ocasiones, las personas se guíen por etiquetas y juicios preconcebidos. Sobre todo ocurre con aquellas personas a las cuales desconocemos con cierta profundidad. Por tanto, este que suscribe no es una excepción. Recibo gran número de abigarradas etiquetas, unas muy pocas favorecedoras y otras con el ánimo de insultarme. Lejos de dejarme llevar por el odio o cierto afán de revancha, estas etiquetas me gustan, le dan cierta pimienta a la vida, me divierten y sobre todo quedan fuera de juego cuando alguna circunstancia desmonta ese juicio.
Una de las etiquetas que mayormente se me coloca es la de “el columnista rojo”. Desconozco si este término -que tanto le gusta a una compañera- hace referencia a que vea a la selección española, al color de mi sangre, a que soy un apasionado o a que me ruborice con facilidad. Mucho me temo, que debe tener relación con el tema político. Es decir, supongo que vendrá por el hecho de darle estopa a menudo a la case política tradicional, metiendo en el mismo saco a Pepé y Pesoé -habitualmente Pepesoe-. Pero, como digo, lejos de recibirlo como un insulto, lo que me produce es diversión.
Esta Semana Santa he paseado algún que otro día por nuestro pueblo. Uno de esos días tuve el placer de compartir cervecita y comida con una amiga. Ella, persona pública y cercana al Pepé, me interesa por sí misma, me la trae al viento su ideología. Las pocas veces que hablamos de política, lejos de enfrentarnos, nos divierte. Preferimos el debate de otros temas más amenos. Dicho esto, el hecho que nos expusieramos ambos, cervecita en una mano y cigarrillo en la otra, conversando animadamente, supone para muchos un contraste fuera de lugar para las etiquetas que nos han sido colocada. Fueron más de uno, los que seguramente tras mirarnos extrañados pensaron; “mira el columnista rojo y la dama pepera”. Ahora, tendré un motivo más para dirigirme a ella, mirarla y tras guiñarle un ojo ofrecerle una cervecita y un truja para diversión nuestra y sorpresa de los demás.
Sit tibi terra levis.
Es curiosa la afición del ser humano por ordenarlo todo: los negros con los negros, los blancos con los blancos, los rojos con los rojos....Si no se hubiesen mezclado los colores no hubiese surgido el violeta, uno de mis colores favoritos. A mi cada dia me gusta más ser desordenada. Y a ti Marcos, cada vez te gusta más tocar las narices, jejeje.Un saludo.
ResponderEliminarEstimada Anónima Desordenada:
EliminarTotalmente cierto. También soy un desordenado empedernido. La vida es más hermosa con colores violetas. En cuanto a "tocar las narices", decir que mi ilusión hubiera sido tocar el violín, pero no doy para más.
Un saludo y mi gratitud por participar.
Apreciado compañero Marco. Me gusta tu articulo, demuestra la categoría democrática por la que nos paseamos algunos por la vida.
Eliminary, sobre todo, y no menos importante el respeto a los demás.
Podemos discrepar en algunas cosas...pero hay otras muchas que compartimos, y es un placer tenerte de compañero en el intento de hacer opinión
Un gran saludo.
PD. ¡¡¡Eres grande Marquito¡¡¡
Estimada Aldebarán:
EliminarEvidentemente discrepamos en muchos temas, pero cierto es, discrepar no es enemistar. Al menos así lo entiendo yo. Pero no es menos cierto, que muchos miembros de la casta política tradicional son los primeros que ejercen coacciones y amenazas, mientras se les llena la boca nombrando la democracia.
Gracias por participar y saludos.
Esos, se disfrazan de demócratas, que es peor...
EliminarPor cierto, para que no se confundan tus lectores, no esta demás decir, por si acaso, que la dama pepera de tu articulo no soy yo.
Saludos, estimado Marcos, y ya sin mas dejo espacio a tus lectores
Estimada Aldebarán:
EliminarAlgún día, quizás, se de la oportunidad y te cuente una historia de "unos demócratas locales" . Verás lo que entienden por democracia esta bazofia.
Saludos y gracias por tu participación.
P.D: No te preocupes, mis lectores sabrán quien es la "misteriosa dama".
estimado marcos no pasa nada hombre siempre se a dicho que a palabras necias oidos sordos y ante esos comentarios que hacen como se suele decir aceite y vinagre al pairo con eso de que diran la gente sigue escribiendo asi y como tu eres con tu pedazo de coche tus politos lacoste y sobre todo escribiendo asi animo y al carajo con los comentarios envidiosos
ResponderEliminarEstimado Anónimo:
ResponderEliminarPublicado en la columna de esta semana; "Nada quiero,pero sobre todo, nada debo" (sic).
estimado marcos:estoy muy de acuerdo con el anonimo anterior,la vida y sobre todo las miserias se ven muy distintas desde un estatus superior,tampoco se entiende que escribas una colomna poniendo a caldo a los politicos de derechas y luego estes tomando cervecitas con personas que tienen los mismos ideales de esos mismos politicos.¿no te sientes un poco desubicado?
ResponderEliminarEstimado Anónimo:
EliminarPermítame decirle que no comprendo a que se refiere con un estatus superior. En cuanto, a "poner a caldo a los políticos de derechas" quiero decirle que suelo criticar, más que a las personas, a los cargos y la labor que desempeñan. Lógicamente, la generalidad acarrea cierta injusticia. De todas formas se distinguir perfectamente entre las personas y sus cargos. Pongamos un ejemplo, hemos asistido a numerosos casos de abusos sexuales dentro de la iglesia católica, ¿debería evitar hablar con todos los católicos por tener la misma ideología que la iglesia?.
Por último, evidentemente, cada vez me siento más desubicado en este mundo. Me imagino que serán cosas de la edad.
Saludos y gracias por participar.
ESTIMADO MARCOS:QUIERO EMPEZAR POR EL PRINCIPIO,EL ESTATUS AL QUE ME REFIERO ES POR EJEMPLO A LA NÓMINA QUE SE GANA,COÑO NO ES IGUAL MIRAR AL MUNDO CON DOS SUELDOS QUE SOBREVIVIR CON CUATROCIENTOS Y ENCIMA DANDO GRACIAS,LOGICAMENTE EL QUE GANA CUATRCIENTOS TIENE QUE ESTAR MÁS CABREADO,NO POR NO PODER LLEVAR EL LACOSTE SINO POR NO PODER PAGAR LA LUZ,LUEGO ESTÁ LAS RELACIONES,UN EJEMPLO,NO ES IGUAL RELACIONARSE CON EL FONTANERO DE TURNO QUE CON UN EMPRESARIO,Y,CUANDO DIGO GENTES DE DERECHAS ME REFIERO A QUE LAS IDEOLOGIAS DE DERECHAS SOLO SIRVEN A LOS RICOS Y PODEROSOS ,SOLO HAY QUE ESCUCHAR A DIAZ FERRAZ DECIR QUE DESGRACIADAMENTE HAY QUE TRABAJAR MÁS Y GANAR MENOS ¿TÚ CREES QUE FERRAZ LE VOTÓ A IU?LA VERDAD NO SÉ COMO SOPORTAS ESTAR RODEADO DE PERSONAS QUE PIENSAN ASÍ,POR ESO CREO QUE MUCHOS NO NOS CREEMOS LO QUE ESCRIBES. P.D lo de la edad es inevitable,un saludo.
EliminarEstimado Anónimo:
EliminarEvidentemente cada persona se adapta con lo que tiene y las necesidades pueden ser distintas. Pero yo no voy por ahí. Se trata de empatizar, si no existe la empatía el mundo sería mucho más cruel de lo que ya lo es. Posiblemente un inmigrante llegado en una patera ve como un privilegiado al de los cuatrocientos euros.
Por otro lado, me da la sensación -quizá sea una percepción sesgada de mis escasas neuronas- que la derecha más rancia de este país tiene la batalla ganada, simplemente ha conseguido inculcar que la gente quede encasillada según nómina, lo mismo que se ha apoderado de ese falso patriotismo.
Finalmente, no soy para nada dogmático. No busco que me crean. A estas alturas del chiringuito no estoy para esos menesteres.
Saludos y gracias por participar
Estimado Marcos:
ResponderEliminarCreo que hay gente que no te conoce muy bien. Yo no te conocía de nada hasta que un día me dijeron que recuriera a ti para un caso de un enfermo paliativo. Recuerdo como sin pensártelo dos veces te pusiste a mi disposición. No sólo tratastes a mi familiar, también lo hicistes con los que estabamos junto a él. Adémás lo hicistes de forma gratuita y daba igual la hora y el día que fuera para venir a casa a resolver cualquier complicación.
Recuerdo, cuando todo acabó, te preguntamos cuanto te debíamos y entonces nos dijistes que cobrarías lo mismo que a todos los que atendías fuera de tu trabajo, nos dijistes; "mejor que dinero prefiero que me lleveis en algún rincón de vuestros corazones".
Por tanto, seguramente los que no han tenido la oportunidad de conocerte, deben saber que podías tener un coche mejor, un piso en la playa y todos los lacoste que quisieras. Pero estas por encima de todo eso.
Por último, decirle a la dama que te acompañaba, que desconozco su identidad, pero seguro que debe ser buena persona, ya que se que Marcos siempre se rodea de gente interiormente muy hermosas.
Saludos y besos desde un rincón asturiano.
Por cierto, espero que no te enfades por hacer público algo que me consta que has hecho con mucha gente, pero hay cosas que la gente debe saber para que no hable tan alegremente.
Estimada Anónima:
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Te pido mil disculpas por no saber con claridad quien eres. Han sido muchas personas ya. Veo que escribes desde la lejanía, si vienes por nuestro pueblo espero poder saludarte.
No me enfado por lo que cuentas, no obstante tampoco es algo que me haga sentir cómodo airearlo.
Saludos y gracias por tu participación
PARA ANÓNIMA EN LA LEJANÍA:perdona pero yo JAMÁS he dicho que marcos fuera mala persona y, mucho menos mal profesional,al revés,SÉ Y DOY FÉ de que es muy buen profesional,nada que ver con lo que escribe ,víendolo en cierto bar en la alameda tan relajado y como pez en el agua algunos pensamos.... seguro que están hablando del tiempo, porque sino no se entiende lo que escribe.
EliminarEstimado Anónimo:
EliminarCreo que si los argumentos de peso son los lugares que visito, el coche que tengo o si me pongo una camisa rayas, entonces me das la razón con el tema de las etiquetas.
Supongo que el bar al que te refieres en la Alameda es el Centro Julio Vélez cuando en verano acudo con mis hijos a las maravillosas actividades que organiza el CAL de Morón para los peques.
Y por cierto, muchas gracias por el alago en el tema profesional.
Saludos compañero.
ESTIMADÍSIMO MARCOS:sabía que me ibas a intentar torear con algún argumento como este,sabes PERFECTAMETE al bar que me refiero,ahí me demuestras que eres un poco,perdón muy ambiguo. un saludo al CAL, al JULIO VELEZ y sobre todo a TÍ COMPAÑERO.
EliminarEstimadísimo Anónimo:
EliminarDe verdad, simplemente me gusta hablar con todo tipo de gente y frecuentar ambientes de todo tipo. Las personas que no merecen la pena pueden tener la ideología que quiera; un mierda siempre será un mierda, ya sea rojo, facha, bético, sevillista, blanco o negro. Todo depende con el cristal con que se mire.
Además, lo mejor es utilizar la técnica de la iglesia, intentar evangelizar en su propio terreno. Je,je,je,je.
Un saludo, aunque con la confianza que ya tenemos, mejor un abrazo.
La palabra debastadora no está registrada en el Diccionario. La que se muestra a continuación tiene formas con una escritura cercana.
ResponderEliminardevastador, ra.(Del lat. devastātor, -ōris).
1. adj. Que devasta. U. t. c. s.
Gracias, me quedo más tranquilo.
EliminarSaludos.