Definitivamente, los ciudadanos de este estercolero llamado España, hemos perdido el juicio. Por supuesto, suponiendo que en algún momento de nuestra historia podamos encontrar un pasaje donde se aprecie algo parecido a un raciocinio a la altura de cualquier homo sapiens. Ni bajo el paraguas de la navidad nos cortamos un poco. Aquí tendemos a darle estopa a nuestros queridos, ilustrados, cultos y honrados políticos tradicionales. Esas incansables y sufridas personas tienen que soportar, aparte de los problemas del día a día, las continuas críticas de los ciudadanos que vierten sus iras sin pensar el alto esfuerzo que ofrecen estos políticos tradicionales por sus semejantes. Pero, hoy y aquí, desde estas humildes lineas me propongo hacer ver a los sufridos lectores las razones por las cuales debemos ofrecerles nuestros más enorme y sincero respeto a la casta política tradicional. Llegado este momento, no puedo evitar acordarme de unas sabias palabras de Bod Esponja y que podemos aplicar a nuestros dirigentes; Ellos siempre están ahí cuando les conviene.
Ante la situación actual, es fácil claudicar y dejarnos llevar por la crítica, el enojo y la indignación. Pero, ahí están nuestros políticos. Lejos de rendir el país a los analfabetos ciudadanos, continúan sus tareas y redoblan sus esfuerzos para que tengamos un mundo mejor. Acaso creen que la nueva ley de seguridad se utilizará para cerrarle la boca al pueblo. Memeces. La norma sale a la luz como consecuencia de unos políticos que se preocupan por sus ciudadanos. La letra con sangre entra. Es la única forma de mantenernos en casa, dejando de lado la tentación de salir a gritar a las calles y que algunos gamberros nos involucren en incendios de contenedores. Nuestros políticos tradicionales conocen nuestras inquietudes y entienden las bocas cerradas de la mayoría silenciosa.
Pero, podemos tener la antigua influencia que para conseguir determinadas cosas hay que salir a las calles. Pues, en estos días he visto un gesto de nuestros dirigentes que me ha sacado alguna que otra lágrima. Comprar un camión antidisturbios, de esos que lanzan agua en abundancia. Lo ven. Lejos de tratarnos como nos merecemos, ahí están ellos. Agua para los manifestantes con el fin de eliminar los malos olores que suelen salir a la luz en toda concentración de personas. Me imagino que incluso recurrirán a poner agua caliente y jabón con el fin de mejorar la vida a todo indignado que se precie.
A nivel local, también podemos observar situaciones en las que nuestros políticos tradicionales muestran su sapiencia y saber hacer. Por ejemplo, hace unos días posaban en la inauguración de la escultura sobre la cal de Morón. No posan en la foto para aprovecharse de nuestro preciado patrimonio. Es la forma de decirnos como se hacen las cosas. Nos muestran como se logra un patrimonio de la humanidad sin soltar un duro -recordarán que nuestros gobernantes dieron la espalda al proyecto y no soltaron un euro-. Otro ejemplo, en el pasado pleno aparecía una moción que hacía referencia a la adhesión de nuestro pueblo como solidario con el Alzheimer -me imagino que se refería a las personas que padecen tan terrible enfermedad-. Ahí lo tienen, se puede aprobar en un pleno y dejar a la asociación que lucha contra esta enfermedad sin ayuda -recordemos que le iban a dar un dinero, aprobado en pleno, para seguir con la magnífica labor y de momento nada de nada-. Lejos de parecer un acto de dureza facial y falta de vergüenza, en realidad es una muestra más para que los ciudadanos observen como nuestros dirigentes ahorran dinero publico.
¡Y un carajo!
Sit tibi terra levis
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