PRODUCTO CADUCADO

No se si podré soportarlo mucho tiempo más. Cada vez que me pongo a leer periódicos o veo telediarios, una tormenta de improperios, blasfemias y groserías variadas brotan de mi interior. Ver el estercolero en el que nos han metido, nos hunden y pronto nos enterrarán, hace que se le muevan los hígados al más pintado.

A la gran estafa a la que estamos siendo sometido hay que sumarle como la casta política tradicional nos toman por tontos. Es decir, lejos de conformarse con usurparnos nuestras vidas, encima se pitorrean en nuestra cara. Entiendo que la sangre tira y en esta España si algo ha abundado, abunda y abundará son los hijos de la grandísima puta que la habitamos.

Hace poco hemos visto como Pinocho soltaba en el Congreso, en respuestas a los deseos independentistas catalanes, que él asumió su cargo jurando hacer cumplir la Constitución -en alusión al artículo dos de la Carta Magna-. Parece archiconocido, el poco apego que tiene el embustero personaje por la lectura. Quizás venga de ahí que sólo haya llegado hasta el articulo segundo. Esperemos, que dedique un poco más de tiempo a tan noble arte y llegue pronto a defender otros artículos. Porque, no me negarán, rondando los seis millones de parados, el artículo treinta y cinco se lo pasa por el real arco genital. Y que me dicen del pintoresco artículo cuarenta y siete. Este es muy divertido y sobre él se ha meado todo el que ha podido, sobre todo, en la parte en la que dice“regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”. Me rilo por el suelo de la risa que me da.

Pero, si el choteo se queda corto, tienen recursos para más. Cuando a la gente se le calienta las bajeras y salen a la calle a evacuarse en cuantos fiambres tienen más de uno, palos en el lomo aparte, se les ocurre plantear que tanta algarabía perjudica la imagen de la marca España. Yo que pensaba que lo que más perjudicaba al putiferio eran otras cosas, como los casi seis millones de parados. O esos pobres parias que son echados como ratas de sus casas, donde alguno piensa que no puede perder su dignidad y acaba suicidándose. O ese dato de la UNESCO que nos pone a la cabeza del fracaso escolar, para regocijo de ministros de educación pasados, presentes y futuros. O ese informe de Amnistía Internacional que nos señala por excesos policiales contra manifestantes pacíficos. Y para guinda del pastel va el gobierno y le da la amnistía a unos pocos políticos condenados por mangueo. Eso si que da prestigio a nuestro noble imperio. 

Definitivamente, vayamos preparando el duelo, este país se muere a chorros.  El negro futuro que nos espera como colonia alemana no invita, precisamente, al optimismo. Viendo los aperitivos que nos ha ido dando el PPsoe de lo que nos espera  es para ir echándose a temblar. Y para desesperanza total vemos como en un estado de corrupción generalizado, con unos políticos tradicionales carentes de la más mínima ética, no existe ningún proceso donde se busque a los responsables del desastre. Llegados a este extremo, también me entran ganas de pedir la independencia y pasar a formar parte de Islandia -allí, algunos de los que se dedicaron a robar a sus ciudadanos están en la jaula-. Por tanto, me parece absurdo pensar en la imagen de la marca España, sobre todo cuando el producto se han empeñado en destrozarlo hasta caducarlo.

Sit tibi terra levis.