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9 de julio de 2012

¿YO SOY ESPAÑOL?


La piel se pone toda erizada, un nudo en el estómago nos impide tomar alimento. Tenemos la mirada desenfocada, hacia el infinito. Cuando nuestros semejantes nos hablan, oímos pero no escuchamos. En definitiva, hay reconocerlo, tenemos miedo, mucho miedo. Se acerca un nuevo consejo de ministros. Nuevas medidas nos acechan para jodernos, todavía más, la vida.

Mientras, la selección, la roja -por cierto, me imagino la grima que proporcionará dicha denominación a más de algún melancólico de tiempos pasados- arrasa en Europa. En Morón, como en otros sitios, se montó la fiesta. Cada uno lo celebró como pudo. Unos tocaban el pito, otros tocaban el claxon. Algunos se montaron en el pollo, algunas se montaron en la hembra -apréciese, que no tengo intención ninguna de crear polémica sexista, supongo que también habría genero masculino montando a la fémina-. Vamos, que cada cual vio el repaso a los carbonaras y después a disfrutar como pida el cuerpo.

Entre tanta fiesta, como no puede ser de otra forma, existen los clásicos cantos. Estos cánticos aderezados convenientemente con una cantidad apreciable de caldos enólicos varios, provoca la exaltación fácil y, también hay que decirlo, el normal aprovechamiento de los malos cantores para camuflarse en la multitud. Existen gran variedad de letras, unas más elaboradas y otras no tanto. Por ejemplo, la letra del himno, debería haberse hecho cargo de su composición alguien con mayor amplitud verbal. Tanto lalalá me hace inevitablemente rememorar a la Massiel entonando su clásica copla con una copita en la mano. Después hay toda una gama de sonetos para producir el ánimo en los jugadores, aunque estén jugando a cientos de kilómetros del bar donde la gente los cantan, algo llegará supongo. Pero, existe uno en especial que me atrae enormemente. Me despierta una curiosidad desmedida. Es ésa que dice “yo soy español, español, español”(bis). Lo admito, no es que la letra sea un portento lingüístico ni nada por el estilo. Pero, asomémonos al abismo del trasfondo que puede tener.

Me explico. Podemos referirnos tan solo al hecho de pertenecer a la misma comunidad que nuestros maravillosos deportistas. Es decir, podernos identificar con Nadal, Alonso, Iniesta o Jorge Lorenzo, no sólo es justificable, en muchos casos hasta debería ser practicable. El problema puede venir metiendo en el mismo saco a políticos tradicionales, la iglesia, banqueros, algún que otro juez, a Belén Esteban y un larguísimo etcétera. Imagínense al guiri de turno viendo como una muchedumbre canta la copla y se piensa que la gente se enorgullece de pertenecer a unos de los mayores estercoleros europeos. Precisamente, como decía al comienzo de la columna, la cercanía de nuevos consejos de ministros, me da cierta urticaria. Por tanto, tampoco puedo evitar plantearme si sería mejor cantar “yo soy alemán, alemán, alemán” (bis). Vale, eliminados en semifinales por los carbonaras, pero con una prima de riesgo envidiable y sacándole toda la sangre posible a más de media Europa. Pero en el fondo soy un sentimental y un optimista. Como tenemos estiércol de sobra, siempre tengo la esperanza que algún día esta tierra sea un hermoso jardín. No lo veré con mis propios ojos, espero que los vienen detrás lo vean o al menos lo presientan, que no es poco.

Sit tibi terra levis.

8 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ja,ja,ja. Me encanta el sentido del humor de los lectores.
      Gracias por escribir.

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  2. Pues yo no le veo la gracia

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    1. Si no es una broma.Dígame en donde hay alguna referencia machista.

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  3. marcos,hoy este comentario no es para tí,es para un compañero que escribe en el diario ,pero como no he podido trasladarle mi opinion en su blog,(no tengo cuenta en ninguno),espero que le traslades mi comentario:yo lo unico que quiero,es enterrar a mi abuelo en un cementerio,y,no dejarlo en una cuneta¿tan dificil es entendelo? a mí la politica me la suda,en una guerra perdemos todos,y,tú estas quedando como alguien rencoroso y amargado,queda con dios que te hace falta.MARCOS perdona por el marrón en que te he metido,gracias.

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  4. Estimado anónimo:
    Siento decirte que actualmente no tengo contacto con los otros columnistas. Si tengo oportunidad de trasladar esta opinión lo haré.
    Por otro lado espero que algún día puedas cerrar la biografía de tu abuelo. Nadie, absolutamente nadie, merece un final así.

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  5. A la persona que desea para su abuelo un entierro digno, puedo decirle que la autora de los artículos a los que se refiere la encontrará en el comercio que ella posee en Pozo Nuevo, 2, "C. Gallego". Al frente de este negocio está ese "alguien rencoroso y amargado" que él define.

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  6. No me gusta que este blog sirva para crear polémica con otros columnistas. Yo respondo de mis opiniones, pero si alguien quiere decir algo de otros columnistas que se pongan en contacto con la dirección del periódico y se lo haga saber.
    Gracias

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