La tranquilidad de los mercados ha llegado tras las elecciones. Perdonen las ganas de cachondeo. No puedo resistirme, me parto y me troncho. Si no fuera porque hay gente pasándolas canutas, esto sería para rilar por el suelo de la risa. El ciudadano es inocente por naturaleza, maleable y fácil de engañar. No lo digo porque gane las elecciones fulano o zutano. Lo digo porque algunos creían que se produciría una mejoría en los mercados financieros, la llamada prima de riesgo se pondría en mejores condiciones y nuevamente viviríamos en los mundos de yupi.
Pero, esto suele pasar por no informarse antes de comprar el producto. Me explico; realmente ¿sabemos lo que significa el chiringuito ese de las primas de riesgo? Evidentemente no. Los feos seguirán siendo feos, los altos seguirán siendo altos y los especuladores seguirán siendo especuladores. Como no puede ser de otra forma, no seré yo quien explique en una lección magistral el tema en cuestión. No obstante, es fácil entender; este barco que se hunde saca unos bonos y los que tienen mucha pasta intentan comprarlo al máximo interés posible. Después llega el banco europeo (más peo que euro) y como tiene prohibido comprar bonos, lo hace en la reventa (en este momento podemos decir que aquí se caga la perra) y esos que compraron en un principio se los venden a mayor interés del que lo compraron al banco peoeuro, perdón, europeo. Un negocio redondo, por supuesto, para los de siempre.
Pues, a pesar de ser un chiringuito, algunos piensan que esos especuladores dejarán de serlo. En un ataque de buena conciencia, esos personajes dejarían de ganar cantidades vergonzantes de euros, todo, por conseguir que se arregle el desaguisado actual. Ahora, es cuando algún cagamierdas, va y me intenta convencer que eso forma parte del libre mercado. Que si la ley de la oferta y la demanda, y ciento una gilipolleces más. Porque si esto fuese realmente así, es decir, un mercado libre, díganme; ¿porqué se regala mil kilos al banco valenciano? Si fuera un libre mercado real, los directivos de esa entidad bancaria ya pondrían pies en polvorosa antes que el resto de accionistas y muchos clientes los despellejaran por arruinar y tener que cerrar el negocio. La realidad es muy distinta. El banco central va y le afloja viruta de todos los ciudadanos y viva la pepa. Me imagino a algún cliente de ese banco, cuando le embargaron el pisito, previamente sobrevalorado por tasadores al servicio de los banqueros. Se acordará perfectamente de las promiscuas madres de cada uno que forme parte del banco central. Porqué, sería más humano inyectarle la guita a esos ciudadanos que han perdido sus viviendas por la falta escrúpulos de estos banqueros que nos ha tocado sufrir. Por eso, cuando escucho en los medios a esos banqueros dando consejos no puedo reprimir desearles que se metan por el ojete sus palabras.
Sit tibi terra levis.
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