About me

En esta página puede leer todos los artículos publicados hasta la fecha en el DIARIO DE MORON

1 de diciembre de 2014

LA FUNDACIÓN

Murió la Duquesa de Alba.La mujer dijo: hasta aquí he llegado. Los periódicos, radios y televisiones se pusieron a montar sus reportajes especiales con toda celeridad. No es para menos, es que la Duquesa tenía cuarenta y seis títulos nobiliarios ¿Tantos? Pues sí, incluso podía ser la heredera del reino escocés. Tanta magnanimidad tuvo su reflejo en la cantidad de horas que le dedicaron los medios al fallecimiento de la noble señora : tertulias con renombrados periodistas que exaltaban la figura de Doña Cayetana, documentales que mostraban la intensa vida de la Duquesa, y portadas con alusiones a la luctuosa noticia. En general ocurrió lo que suele pasar en estos casos, al fallecido en cuestión se le encumbra con facilidad: se resaltan las bondades y se tapan los defectos. Supongo que esta costumbre tendrá que ver con echarnos un cable por si la cosa se pone fea para entrar en los reinos de los cielos. 

En una de esas múltiples tertulias dijeron que tenía gran mérito que la Duquesa hubiera mantenido todo su patrimonio. Claro que el mérito es menor cuando uno se entera de que el noventa por ciento de ese patrimonio no tenía que pasar por el fisco. Según parece, la señora lo tenía donado a la Fundación Casa de Alba. Sí, lo sé, eso suena a un regalo que se hace uno mismo. Pero eso es lo que hay. 

Me puse a pensar, comencé a darle vueltas a la sesera y al momento grité ¡Eureka! En estos tiempos de crisis, donde la plebe no tenemos un céntimo, resulta que la Duquesa nos estaba mostrando el camino para evitar toda penuria. Debemos crear nuestras propias fundaciones. Así nuestros escasos bienes se librarán de pagar los pertinentes impuestos. El único problema sería que a nuestro querido y admirado Ministro de voz aflautada se enfadaría por no poder sacarnos las asaduras. Lo siento señor Montoro, pero ahora le toca a usted fastidiarse. 

Parece que ya lo estoy viendo, tras el derrumbe de la gran burbuja inmobiliaria, el siguiente negocio estará en crear fundaciones. Los grandes partidos políticos tradicionales tienen su fundación que mama sin pudor alguno de la teta del Estado. Dinero no habrá para educación o sanidad, pero para las fundaciones afines bien que tiramos largo. Así que quizá me decida por crear una fundación para Podemos (supongo que todavía no tendrán ninguna) que digo yo que aparte de dedicarse todo el tiempo a comerse a los niños, a imponer la ley marcial, a organizar bacanales con sus amigos venezolanos y a destruir esta Europa tan solidaria, tendrá el detalle de concederme una buena subvención.  Por supuesto y como muestra de agradecimiento, no tendría inconveniente en realizar el arreglo o reforma de la sede del citado partido, o donar un Jaguar para el desplazamiento de los miembros de la nueva formación. Y si esto no fuera suficiente, incluso podría dedicarme a organizarles los cumpleaños a sus hijos, con confeti y todo para que no falte un detalle.

¿Es o no es para poner una fundación?


Sit tibi terra levis

No hay comentarios:

Publicar un comentario