UN ASESOR EN SU VIDA

He meditado profundamente esta columna. Le he estado dando vueltas a la neurona. He perdido cinco o seis minutos de sueño. Pero, finalmente, he tomado una decisión. Creo que voy a prostituir este pequeño rincón del Diario de Morón. Todo  este jaleo viene por tener una mala costumbre. Por qué puñetas se me ocurre leer, con lo bien que estaría matando zombies en la playstation. Pues no, me da por leer los periódicos. 

  En esas estaba. Una docena de páginas dedicadas a corrupciones variadas, una  ojeada a los deportes, otro vistazo a las páginas de sociedad y por último, un repaso a las esquelas necrológicas -me transmiten la tranquilidad que los poderosos también rinden cuentas con el mismísimo diablo-.  Leía en un diario, la indecente cantidad de asesores políticos existentes. Por supuesto elegidos a dedo, es decir, por la cara bonita. La mayoría presentan, además, la carencia de no saber hacer la O con un canuto, en consecuencia, ausencia total de preparación para asesorar sobre algo. 

Por tanto, esta pequeña mirada al estercolero ha sido suficiente para lanzarme a la ciénaga de los partidos políticos. He pensado, ofrecer estas humildes lineas al partido que me ofrezca una asesoría. Por supuesto con buena nómina de por medio. Se me ocurre una asesoría de renombre, algo como asesor gerente de diseños de cortes de pies por litronas rotas. A cambio, resaltaría, alabaría, pelotearía y encumbraría todo aquello que al partido en cuestión le convenga.

Se me ocurre ofertar mis NO servicios al Pepesoe. Lógicamente el bipartidismo que tienen establecido me aporta las garantías suficientes en caso de algún escándalo. Disponen de una manta suficientemente grande para evitar cualquier ejercicio de responsabilidad. A Izquierda Unida, les pediría incluirme en algún consejo de las Cajas. Es una ganga, te lo llevas calentito y después con decir que uno no tiene ni idea de finanzas te evitas cualquier mal trago. He desistido de ofrecerme a AMA-Morón. No me atrae la idea de someterme a un modelo asambleario. Cualquiera puede hablar y ser escuchado con la consecuencia de perder mi puesto. 

No obstante, tras ponerme al día en los últimos acontecimientos, he pensado dedicarme al tema de las auditorías. Eso debe ser un chollo. Voy al partido en cuestión, le pregunto que quieren que ponga en el informe y a cambio me llevo cantidades indecentes de viruta al bolsillo. Por ejemplo en nuestro pueblo a la hora de auditar, no tendría la desfachatez de mirar las facturas de las farolas del Pozo Nuevo y después preguntar a distintos profesionales cuanto cuesta hacer las citadas farolas. Ven como sería un fiel escudero de partido. 

Otra posibilidad, es que mis queridos editores del Diario de Morón me paguen cada columna al precio que lo paga la fundación Ideas. A ese precio, escribo lo que me pidan. Que le den por el ojete al honor y a la dignidad. Si uno prostituye sus ideas pues que sea a buen precio.  Por supuesto, sería un detallazo que la mosca fuera abonada en dinero negro, así de paso, le haría un guiño a las organizaciones contra la xenofobia. Lo ven, todo está perfectamente estudiado, no por quien suscribe. Los partidos tradicionales lo tienen desarrollado hace muchos años. Así les va de bien.

Sit tibi terra levis.