Se acabó. Esta semana será mi última columna. No sólo descansaré yo, conmigo lo hará el oído de mucho personal. Unos por alabanzas, otros, por mis ciscadas en sus fiambres más recientes. Pero, tengo que reconocerlo, fue hermoso mientras duró. Durante este tiempo, este espacio ha sido un rincón donde he dejado parte de mis luces y mis sombras. Sin presiones, sin nada a cambio, con libertad -hermosa palabra para escribir-. Una oportunidad que se me brindó y que tomé como una escapatoria a todo el estercolero que tenemos montado.
Tranquilo, no piense el sufrido lector, que mi última columna sea una excusa para repartir estopa a tantos que la merecen. Sería fácil, dirigirme a todos esas criaturas que se empeñan en jodernos la vida. Esos mismos cuya abundante cuenta corriente -generalmente a costa nuestra-, no les enmascara la pobreza de espíritu.
Prefiero que esta última columna tenga esperanza. Por ello, espero que la gente tenga tiempo para cambiar. No pido mucho. Me ilusionaría que nuestros gobernantes a nivel nacional se preocuparan, de verdad, por los ciudadanos de estas tierras. Dejaran de lado sus intereses y no nos quitaran ni nuestra sanidad, ni nuestra educación, ni nuestro trabajo, ni nuestras viviendas y ni, en definitiva, nuestras vidas. A nuestros gobernantes autonómicos, simplemente con aclarar los EREs ya sería un paso importante -dura petición ésta-. Me confundiría menos, si nuestros dirigente locales fueran lo que dicen representar, socialistas y obreros.
Por otro lado, entiendo que cambiar el estado actual de cosas es complicado. La vanidad, arrogancia y soberbia del ser humano es infinita. Tampoco será un problema, nos veremos allá en el infierno, donde los malditos nos podremos decir de todo mientras nos cocinan a fuego lento.
Saber que todos la vamos a diñar el viernes, lejos de causarme temor, me ha dado tranquilidad. El fin del mundo anunciado por los mayas para esta semana pondrá fin a todo este despropósito. Menos mal que el Todopoderoso va a tomar cartas en el asunto y va a mandar todo a hacer puñetas. Lo que desconozco es el método. Imagino que será algo espectacular, algo como un buen meteorito, o mejor, el sol pase a ser una supernova y nos deje como pinchitos morunos. También, tengo la ilusión, que realice un último acto de caridad y nos mande al otro barrio de forma agradable. Se me ocurre, que con su omnipotencia, contamine el aire de todo el planeta con opiáceos, sería un gran final.
Todavía no he decidido a que dedicaré mis últimas horas. Espero no tener que dedicarme a luchar para evitar que un pleno extraordinario intente aprobar lo del tema de la sierra, de nuestra sierra. Prefiero algo más relajado, un paseo por nuestras calles, una cerveza con los amigos - las tabernas quizás tengan el detalle de no cobrar ese día-, una última visita a la perfumería del Pozo Nuevo y lo mejor, disfrutar de una morena que conozco y mis hijos. No obstante, durante estos días, iré pensando la columna de la semana siguiente, vaya ser que en el último minuto haya indulto. Si se lo han dado a los mossos que han torturado y demás desmanes, porqué no vamos a tener mejor suerte. Si se acaba el espectáculo, pues, ha sido un placer. Hasta siempre.
Sit tibi terra levis.
No habrá esa suerte, Marcos. El mundo lo hemos estropeado nosotros y nosotros lo vamos a tener que arreglar. Ademas, el todopoderoso estará ocupado preparando el portal de Belén,que en breve están de fiesta por ahí y hay que tener aquello decente, asi que mejor no contamos con el. Un saludo.
ResponderEliminarQuerida Casi Anónima:
ResponderEliminarSoy consciente de nuestra influencia en este desaguisado. Pero entiendo, que el de arriba debería echar una manilla. De la misma forma que ha hecho un ERE en el portal, quitándose la mula y el buey, debería de quitar mucho hijo de su madre de este planeta.
Gracias y saludos.
Y yo que no había entendido la ironía y pensaba que, por fin, acabaría tu columna. En fin, en este mundo todo va a peor y lo malo continúa.
ResponderEliminarEstimado Anónimo:
EliminarSiento haberte decepcionado, no era mi intención. No obstante, supongo que todos los "malos" pagaremos nuestras fechorías. Pero tengo que reconocerlo, me gustaría algo espectacular, que todos los malvados de este planeta nos fuéramos al mismo tiempo a hacer puñetas. Los buenos quedarían y el resto nos iríamos al infierno, allí tendríamos toda la eternidad para que me explicaras porqué no te gusta mi columna y así intentar modificarla.
Gracias por escribirme y saludos.
Entre otras cosas no me gusta tu columna por cosas como "explicaras porqué no te gusta mi columna" cuando debería ser "explicaras por qué no te gusta mi columna".
ResponderEliminarPero no es nada personal, se trata de una cuestión sobre el estilo de tu escritura y las ideas que desarrollas. No te considero malo.
Un saludo. Me alegro de que no se acabara este mundo.
Estimado Anónimo:
EliminarEvidentemente ese "porqué" debe ser un "por qué". Lo admito, si tengo que renunciar a mi sueldo de columnista lo haré.
En cuanto al estilo, yo diría que ni siquiera debería catalogarse como estilo. Simplemente es cuestión de gustos.
Gracias por participar y un saludo.