CON DOS COJONES

Ya estamos otra vez en campaña electoral. Preparemos los cuerpos. Las criaturas aspirantes a sentar sus posaderas en el parlamento andaluz, se dedican durante unos días a la caza del voto. Las armas a utilizar; desde la sonrisa hipócrita y falsa, hasta el clásico lametón de culo. Todo sea por arrancar un voto indeciso y de camino darle por el ojete al contrario. Posiblemente en lo segundo encuentren mayor satisfacción que en lo primero.

En este pueblo, la experiencia muestra como existe -cada vez que hay elecciones- una fijación especial por el tema estrella de nuestra localidad; el hospital. Por tanto, como ya sabemos con que bueyes y burros aramos, hoy me tomo la libertad de escribir una pequeña carta abierta a nuestros ilustrísimos y algunos ilustrados concejales.

Relativamente estimados concejales:

Lo primero, pedirles mis más hipócritas disculpas por dirigirme a vuestras personas de forma tan directa y sin ningún tipo de conducto reglamentario. El motivo de la presente es hacerles llegar, desde esta humilde columna, mi opinión y la de otros ciudadanos de este querido pueblo. Es de todos conocidos, la legítima avidez de votos de las fuerzas políticas que concurren a las próximas elecciones autonómicas. No obstante, a veces, esa avidez por el voto del ciudadano hace que a los partidos políticos se les vaya el filete. Es decir, no se escatiman esfuerzos para prometer cosas que bajo ningún concepto después se cumplen. En este pueblo, por desgracia, esa estrategia es archiconocida con el sangrante tema del hospital. No es momento de culpar a unos o a otros de incumplimientos sobre el espinoso tema. Para el ciudadano de a pie, lo que queda, es muy sencillo. El nuevo hospital no está, ni se le espera. Mientras para otros menesteres, véase la cárcel, el acuerdo fue total y no surgió ningún tipo de problema.

Por tanto, seria de agradecer para los sufridos votantes de nuestro pueblo, que en la campaña electoral, se abstuvieran de realizar comentarios, promesas o vaticinios sobre el hospital de Morón. Es más, sería un gesto de extraordinario valor para estos ciudadanos, la aparición pública de los veintiún concejales anunciando que bajo ningún concepto, el hospital, se llevará en los programas electorales. No se podrá sacar ninguna rentabilidad electoral al tema sanitario de Morón. Es decir, ningún ciudadano podrá sentirse engañado nuevamente sea quien sea el ganador electoral.

Por otro lado, la circunstancia expuesta anteriormente, es tremendamente beneficiosa para los partidos. Me explico, con los tiempos de crisis que corren y la escasez de guita existente, ningún político quedará a la altura del betumen. Ninguno prometerá de nuevo la construcción del hospital, incumpliendo después su palabra por la falta de presupuesto. Como nadie dirá nada del asunto, nadie podrá ser acusado de mentiroso compulsivo y reiterativo.

En definitiva, sería un buen momento para que ustedes, concejales de Morón, dejarais de lado las férreas disciplinas de partido. Penséis únicamente en vuestro pueblo, al cual os debéis como representantes y como ciudadanos. Y por una vez se hagan las cosas -como decimos aquí, en Morón- con dos cojones.

Sit tibi terra levis.