No he podido evitar la tentación de hacer un guiño con este título a la magnífica obra de Miguel Guardado denominada Comsumatum est. Es de justicia reconocer el trabajo duro, bien hecho y como ha brindado a los moroneros la oportunidad de tener en esta lectura un trozo de historia pura y dura de nuestro pueblo.
En cuanto al crematorio, la verdad, es que hay cosas de este pueblo que son para corretear a más de uno. Por muchas vueltas que le demos, la construcción del crematorio en pleno pueblo sólo puede justificarse desde la desfachatez y los intereses personales de unos pocos.
En este tema algo huele a podrido y a quemado (perdónenme por hacer el chiste fácil), ampararse a que dicha actividad se ajusta a la legalidad es casi un insulto a los ciudadanos de este pueblo. Podrá ser legal, de acuerdo, pero eso no quiere decir que sea correcto, no quiero ni pensar que a la antigua corporación les hubiera llegado una petición para abrir una central nuclear. Ya me lo estoy imaginando, esas declaraciones en la que dirían, “lo sentimos mucho pero todo los papeles están en regla, la central nuclear se construirá en el llano de la feria”. O que postura tomarán en el pleno, cuando aprovechando el día de la mujer se vote una moción en la que se condene la penúltima lapidación de alguna desgraciada en un rincón de África; “votamos en contra, porque en Somauritanegal, ese país que tan simpático nos parece, allí la lapidación es legal y nosotros estamos con la legalidad vigente”.
Cuando se juega con la salud hay que hilar muy fino, que después cuando las cosas se desmadran vienen los problemas y los lamentos, para entonces las justificaciones son ya innecesarias y además sobran. Cuando se gobierna, se hace para estar al servicio de los ciudadanos y si los ciudadanos nos equivocamos, entonces debemos asumir nuestros errores. Por todo esto, cuando se hace algo en contra del clamor popular, como es el caso del crematorio, no puedo evitarlo y pienso mal, muy mal. Sinceramente y como alguna vez dijo Antonio Gala, creo que hicieron las cosas no porque adoren al becerro de oro, más bien porque adoran el oro del becerro.
Por tanto, los actuales responsables en el Ayuntamiento, deben de tomar el asunto como algo de máxima prioridad, todo lo que sea dejar pasar el tiempo sin solucionarlo es ser cómplice de los irresponsables e ineptos que lo iniciaron.
Sit tibi terra levis.
Muy bonito Marcos,muy refexivo,muy intenso,no cabe duda de que para muchos sigues siendo el numero 1.
ResponderEliminarGracias querida Mercedes, simplemente trato de expresar mi opinión y creo que de alguna gente más sobre un tema bastante vergonzoso. Una verguenza tanto en la forma como en el fondo.
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